Por Luis Mellado
Es un buen momento para enfocarnos en lo importante para poder lograr nuestros objetivos. Una de las cosas más importantes que podemos hacer como líderes es revisar el nivel de nuestra pasión y tomar pasos para alimentarla durante todo el año.
En su sesión titulada “Los lentes del liderazgo” Bill Hybels menciona que la pasión del líder es importante porque los miembros de su equipo se nutren de ella, y es como proteína para el equipo. Nada los inspira como la pasión del líder.
Este es un buen momento para preguntarnos ¿Cómo está mi pasión? ¿En que nivel está? Nuestra pasión puede estar tan alta que contagia a los que nos rodean, puede estar a un nivel medio, o puede estar en un nivel peligrosamente bajo.
Sólo tú puedes contestar esta pregunta y sólo tú eres responsable de alimentar tu pasión y mantenerla en un nivel alto para tu propio bien y el bien de tu equipo y organización.
Esto nos lleva a la siguiente pregunta ¿Qué puedo hacer para alimentarla? Hoy te quiero recomendar tres cosas que puedes hacer:
- Primero, es bueno recordar por qué haces lo que haces. ¿Qué fue lo que te motivó desde el principio?
Generalmente la pasión se deriva de una gran idea, visión, o sueño. A veces también la pasión puede ser desatada por la frustración o divina insatisfacción de una necesidad que no está siendo llenada. A veces somos llevados por los pendientes y los problemas y se nos olvida qué fue lo que causó o lo que nos llevó a hacer lo que hacemos.
2. Segundo, como la pasión es contagiosa, es buena idea convivir con personas apasionadas, y leer libros de autores apasionados que nos inspiran y nos ayudan a soñar.
3. Tercero, especialmente para los que somos seguidores de Jesús, es importante darle prioridad a nuestra vida espiritual. Nuestra relación con Dios y las prácticas espirituales como el estudio de la Biblia, la oración, y el pasar tiempo a solas para meditar nos ayudarán a mantenernos apasionados, centrados y equilibrados.
La mejor ilustración de la pasión es el fuego. En el libro de Levítico capítulo 24, la iluminación del tabernáculo venía de las lámparas de aceite, y éstas lámparas debían estar prendidas continuamente. Los encargados tenían que cuidar que el aceite no se acabara para que la luz no se apagara.
Así nosotros como líderes tenemos que cuidar que el fuego de nuestra pasión nunca se apague. Necesitamos asegurarnos que el aceite, que representa la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas, nunca falte.
Haz lo que tengas que hacer para mantener tu pasión en un nivel alto. Alimenta tu pasión. Todos ganarán si lo haces.
La Cumbre Global de Liderazgo en PIB Satélite. 2017.