
Una de las maneras comunes de describir una crisis es compararla con una tormenta.
Luis Mellado | Director Regional de La Cumbre Global de Liderazgo en México
Una tormenta pone a prueba todo y revela muchas cosas. Una tormenta, como una crisis, amplifica tanto las fortalezas como las debilidades. Cuando pasa la tormenta, lo fuerte sigue en pie y lo débil se cae. Un ejemplo de esto son los árboles; algunos quedan en pie y otros son derrumbados.
La pandemia reveló las fortalezas y las debilidades de nuestro liderazgo y de nuestras organizaciones. Aprovechemos y aprendamos las lecciones valiosas que este tiempo nos trae.
Cuando los árboles caen en las tormentas, es porque no tienen raíces profundas que los sostengan ante los fuertes vientos.
El eucalipto, por ejemplo, se ve alto y fuerte pero el 90% de sus raíces está arriba de los 30 centímetros de profundidad, por lo tanto, se caen durante las tormentas fuertes.
Otros árboles tienen raíces profundas que los hacen más resistentes a las tormentas y vientos, y miden 20 metros o más de profundidad. ¿Qué tan resistente o estable está nuestro liderazgo y organización? Si pudiésemos medir nuestras “raíces”, ¿Qué tan profundas están?
A continuación, quiero darte 3 recomendaciones para fortalecerlas.
- Primero, es importante hacer una evaluación de cómo nos fue y qué descubrimos en esta crisis. ¿Hubo algunas sorpresas? ¿Hay algo que cambiaríamos? ¿Cómo podríamos estar mejor preparados para la crisis? Para algunos, la lección fue haber tenido mejores reservas o ahorros de dinero. Para otros, la lección fue que estaban gastando de más o desperdiciando recursos. Y para otros, fue el estar atrasados en los aspectos digitales como redes sociales, comunicación y ventas o eventos en línea. Toma nota de todo esto y haz los ajustes necesarios.
- Segundo, viendo hacia el futuro y considerando las tendencias del presente, ¿Qué cambios o ajustes necesitas hacer para florecer y triunfar en la nueva realidad? Necesitamos cambiar y crecer para mantenernos relevantes y fuertes en esta nueva era. No cambies tu misión o tus valores: cambia tus métodos, amplía tu perspectiva, considera otras opciones, y mantente abierto a los cambios y nuevas oportunidades. Si haces esto, estarás mejor posicionado para triunfar.
- Tercero, fortalece tu alma y espíritu. Esta crisis ha traído un agotamiento emocional, mental y espiritual. Necesitas tener una fortaleza interna para contrarrestar todas las presiones y el estrés, y para vencer los obstáculos y enfrentar los retos de hoy. En otras palabras, necesitas fortalecer tu fe.
En las crisis, nos damos cuenta de las cosas que realmente son valiosas. También nos damos cuenta de que no somos tan fuertes como pensábamos y que no tenemos todas las respuestas. Cuando nos acercamos a Dios y desarrollamos o fortalecemos nuestra fe, encontramos una fuente de fortaleza y sabiduría para poder perseverar y triunfar.
Sin importar tu trasfondo o situación, hoy tienes la oportunidad de acercarte a Dios y pedirle que fortalezca tu fe y que te guíe a dar pasos seguros.
Aprovechemos este tiempo para fortalecer nuestras raíces, para ser fuertes y resistentes, para perseverar y triunfar, y para cumplir con nuestra misión.
“Bendito el hombre que confía en el Señor y pone su confianza en él.
Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto”Jeremías 17:7-8